El Coeficiente de Adecuación Patrimonial (CAP) es el cociente entre el patrimonio neto de una entidad financiera y sus activos ponderados por el grado de riesgo que tienen.

Este es un requisito de práctica a nivel mundial, que tiene por propósito asegurar la solvencia de toda entidad financiera.

En Bolivia, se ha determinado que este indicador debe ser mayor al 10 por ciento en todas las entidades financieras reguladas por la Autoridad de Servicios Financieros (ASFI).